El Real Canal del Manzanares fue una enorme infraestructura hidráulica que la Corte española organizó y financió en el siglo XVIII para hacer navegable el río Manzanares. Aunque el proyecto data del siglo XVII, siendo regente Carlos II, el último miembro de la Casa de Habsburgo, sería Carlos III quien ejecutaría la mayor parte del recorrido e instalaciones. Ya en el siglo XIX y tras la invasión francesa, el Canal quedaría en muy malas condiciones, por lo que Fernando VII lo reparó y lo mejoró, completándolo hasta la localidad de Rivas, en su diseño participó Isidro González Velázquez, discípulo de Villanueva y arquitecto del rey. La introducción del ferrocarril en el año 1851 acabó por cancelar una obra que desde el principio sufrió distintos avatares, y el tren desde entonces se convirtió en su peor enemigo, ya en la construccion del AVE a Sevilla en 1992 se demolió con nocturnidad el puente de la Gavia y la 6ª esclusa, aparte de la destrucción que supuso para el Poblado Carpetano de la Gavia o para los restos de la Guerra Civil.
Esta es la crónica de un final anunciado que Carlos Pérez ha construido para hacerla llegar a Patrimonio Nacional, a la Vicealcaldía de Madrid, a la Presidenta de la Comunidad de Madrid y al Departamento de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Desde esta Asociación apoyamos y secundamos la iniciativa.
El Real Canal del Manzanares partía bajo el Puente de Toledo, de donde captaba sus aguas, y bajaba paralelo a la margen izquierda del río hasta su desembocadura en el Jarama. Tras muchos esfuerzos, la navegación se hizo posible para pequeñas barcazas que partían o llegaban a Madrid desde toda la vega del Manzanares, todo ello posible gracias a un complejo sistema del que destacaban diez esclusas, siete puentes, algún pozo, y junto a cada esclusa se construyeron casas donde vivían los empleados del Canal y molinos para aprovechar la fuerza motriz del agua. Aunque su uso fue destinado en un principio al transporte de materias primas y productos de cultivo, sería Fernando VII quien le añade un carácter lúdico. Para ello no dudó en embellecer el recorrido del Canal e incluso llegó a instalar una conocida residencia real en él, ruinas junto a la Casa de la Cuarta Esclusa, famosa por sus fiestas con todo tipo de personajes, de la alta sociedad madrileña.
En los alrededores existían plantaciones de moreras, para fabricar seda destinada a la Real Fabrica de Tapices, el molino de la primera esclusa molía mármol para las porcelanas del Buen Retiro, el molino de la cuarta esclusa para moler cereal, se utilizó posteriormente para la producción de cartón y papel, de ahí su nombre, el Molino de Cartón.
Tras el abandono del proyecto, los bienes del Canal fueron subastados y dejados a su suerte en diferentes manos, por lo que no se garantizó la continuidad de la infraestructura hidráulica.
En la actualidad esta magnífica obra de ingeniería hidráulica se encuentra protegida como bien de interés histórico . Desgraciadamente el tramo del canal más cerca del Puente de Toledo ha desaparecido por completo (con las excavaciones de los túneles de la M-30 se han encontrado multitud de restos pertenecientes al Real Canal ), conservándose la parte que transcurre por el tramo 2 del Parque Lineal y la que lo hace por el Parque Regional del Sureste.
Carlos III intentó terminar la obra que daría renombre europeo al Manzanares. Pero no sería hasta Fernando VII cuando el sueño de la navegabilidad madrileña pareció tocarse con los dedos en plena construcción del embarcadero de Rivas que cerraría el proyecto el cual nunca llegó a terminarse. Diferentes problemas de financiación y el posterior desinterés de la Corte en la utilidad del Canal y sobre todo el auge del ferrocarril, pero ahí queda mudo testigo de lo que fue un bonito intento de llegar a Lisboa desde Madrid navegando.
La falta de protección y el desconocimiento en el pasado han ido destruyéndolo sin dejar constancia.
La nueva construcción de las vías de AVE a Levante 2010, a punto de ejecutarse, se llevan por delante la completa destrucción de la 5º exclusa y los restos de la residencia real de Fernando VII junto a la casa del peon de la 4ª esclusa, una vez más el tren se interpone en la ya larga y tortuosa vída de Real Canal del Manzanares.
Exigimos a las administraciones que le concedan más protección e inversión para poder frenar esa locura, ya que el futuro no pasa por la destrucción del pasado, sino que se fundamenta en el.