La Confederación Hidrográfica del Tajo concluyó en verano las obras de re-encauzamiento del arroyo de los Migueles. La actuación costó ocho millones de euros financiados enteramente por el Ministerio de Medio Ambiente, aunque fuera como resultado de un convenio entre el Ayuntamiento de Rivas, quien cedía los terrenos. Ahora, aprovechando las remodelaciones, el Ayuntamiento de Rivas se propone la creación de un paseo a la rivera del arroyo de los Migueles, cuyos márgenes reforestará.
La zona se enmarca dentro del Tramo III del Parque Lineal del Manzanares (dentro del Parque Regional del Sureste), con la consabida riqueza arqueológica y medioambiental. No en vano, sobre este arroyo pasa el puente-acueducto de los Migueles, perteneciente al Real Canal del Manzanares, y existen abundantes restos de la Batalla del Jarama de la Guerra Civil Española en el Parque Lineal.
Sin embargo no todos ven con buenos ojos esta obra, criticada abiertamente por Ecologistas en Acción, quienes piensan que en la propuesta y obra anterior priman los intereses electoralistas en detrimento de los medioambientales y de conservación del Patrimonio.
La modificación del cauce del arroyo de los Migueles y su fenomenal ampliación responde al hecho de que la urbanización masiva del entorno circundante ha incrementado fuertemente los niveles de escorrentía, esto es, el aumento de la incapacidad del suelo para absorber las aguas superficiales que se crean con las lluvias, más si son fuertes.
Esta incapacidad sobrevenida por la impermeabilización del terreno al urbanizarse, provoca que las aguas se deslicen de manera masiva hacia sus cauces naturales, transformando lo que históricamente ha sido un arroyo de pocas y estacionales aguas, en un colector de aguas residuales durante las lluvias intensas, que puede llegar a inundar las zonas próximas provocando pérdidas millonarias en las infraestructuras de transporte.
El Ayuntamiento de Madrid también está preocupado por este aspecto, ya que en sus planes está la urbanización de todo el Sureste de Madrid: Ensanche de Vallecas, Valdecarros, Los Berrocales, Los Ahijones, El Cañaveral y Los Cerros. Miles de personas y millones de metros cúbicos de agua de escorrentía que viajan directos al arroyo de los Migueles. Por eso, el Ayuntamiento de Madrid destinó también en los presupuestos del FEIL 2010, una importante partida para un estanque de tormentas aguas arriba del arroyo de los Migueles.
Esta situación ha provocado unas obras que dibujan un paisaje completamente modificado. Con las avenidas que se producen en el arroyo desde hace años, muchas de ellas con enormes cantidades de basuras urbanas, el Puente de los Migueles y los restos del Real Canal del Manzanares peligraban seriamente. De hecho, un arroyo cercano se ha llevado por delante buena parte del puente de las Cambroneras, del Canal del Manzanares. Los ecosistemas del arroyo se han visto también tan afectados que en muchos casos han desaparecido, más ahora con la modificación y reencauzamiento del curso natural del arroyo.
Esta situación, ya irreversible en muchos aspectos, ha provocado las críticas de Ecologistas en Acción, quien ve en las obras de reforestación un ánimo electoralista, y califica como insostenible el crecimiento urbano de Rivas Vaciamadrid.
La destrucción de restos de la Guerra Civil y de ocupaciones prehistóricas ha sido una constante en las reforestaciones de los cerros de la Marañosa
Las repoblaciones se harán con Pino Carrasco y Árboles del Paraiso, especies alóctonas, esto es, introducidas artificialmente en un ecosistema que no es el suyo. Esta práctica es común en el Tramo I y Tramo II del Parque Lineal, donde el Ayuntamiento de Madrid lo hace de manera habitual. Pero también se ha hecho en los pinares que rodean La Marañosa y el Espolón de Vaciamadrid, provocando en muchos casos lo que advierten desde Ecologistas en Acción podría pasar ahora: destrucción del Patrimonio por la nula sensibilidad al respecto de estas repoblaciones, desplazamiento de especies autóctonas y sostenibles como el carrascal o la encina y empobrecimiento de las condiciones químicas del sustrato.
La convivencia armoniosa de crecimiento urbano sostenible y de medio ambiente y Patrimonio podría parecer imposible, pero no lo es. El esfuerzo de ciudadanos y administraciones para respetar zonas tan sensibles como la cuenca baja del Manzanares (tramos II y III del Parque Lineal) es imprescindible. Tratar como un todo el curso del Manzanares desde la M-30 hasta Rivas, nos parece de vital importancia, puesto que su Patrimonio histórico y los biotopos allí conservados sólo sobrevivirán unidos e interrelacionados entre sí.
Las transformaciones en parques urbanos sólo debería estar reservada para zonas especialmente degradadas y de nulo valor patrimonial o medioambiental, debiendo reconducir las actuaciones en los espacios sensibles a obras de mínimo impacto, tendentes a la recuperación y reintegración de los valores históricos y medioambientales. La sostenibilidad no sólo debe estar en el urbanismo responsable, si no también en la rectificación de los nefastos efectos que este urbanismo, irresponsable, ha ocasionado sobre el medio.
Sólo así podremos ceder a las generaciones venideras estos espacios de incalculable valor. Sólo así nuestros hijos podrán también disfrutar del Parque Lineal del Manzanares.
Supongo que los ecologistas prefieren los cerros yesíferos despoblados de vegetación del parque regional a los cerros como la Marañosa llenos de flora y fauna…, las intervenciones humanas en el medio no siempre tienen que ser negativas, en este tipo de terrenos sin la ayuda humana jamas crecería nada en ese tipo de terrenos semideserticos. Pero en fin, hay gente para todo.
Gracias, Carlos. A ver, sin ánimo de terciar a favor de unos o de otros, que todos tienen su parte de lógica.
La intención del Ayto de Rivas es sensata, no destruyen el entorno, no se trata de instalar un campo de golf, ni un canal de remo. Se trata de integrar para la ciudadanía un espacio natural. Hasta ahí bien.
Pero también es cierto que todos nos valemos de la consabida retahíla de argumentos «tipo». Los terrenos del Parque Lineal ni son desérticos, ni valen para otra cosa que no sean vertederos o parques temáticos. No es así y debemos huir como la peste de este tipo de concepciones maniqueistas y absurdas.
El espacio en cuestión tiene un valor intrínseco inmenso. Los terrenos yesíferos tienen una fauna y una flora autóctona valiosísima. No hace tanto tiempo que estaban poblados, no de pinares ni de descampados, sino de coscoja y encinar, especie esta que se adapta al medio y permite la lenta evolución de los suelos. Asociados a ellos, miles de especies de uno y otro reino. No debemos esperar tener una selva cuaternaria, porque no tenemos ni el clima ni el suelo propicio, ni el dinero para semejante transformación.
Pasear por la Aldehuela o la Marañosa es encantador. Se pueden vislumbrar los retoños de la verdadera naturaleza del PL. Amplias Terrazas aluviales entre coscojares y encinares con grandes separaciones entre los árboles, dibujan un paisaje de ensueño que no hemos aprendido a valorar. Y existe en el PL, sólo hay que saber mirar y apartar la vista de los vertederos del Ayuntamiento y de ideas demagógicas que nos traen canales de remo y campos de golf de los que me ahorro calificativos vergonzosos.
Introducir especies para remodelar el paisaje no es una buena opción. Mucho peor, claro, es construir lápidas de hormigón o mantas de hierva que todo lo cubran. Como siempre, la realidad es una tonalidad de colores.
Esta es la opinión de un humilde caminante enamorado del Parque Lineal del Manzanares.
Las intervenciones humanas en el medio no siempre tienen que ser negativas para este, en concreto para el caso de los cerrros yesiferos de nuestro parque regional, con las repoblaciones de pinos se ayuda a consolidar el terreno y evita la desertización de lugares que sin la ayuda humana jamás tendrian cobertura vegetal, ya que demostrado queda que en otros cerros en los que no se ha intervenido no crece nada o casi nada. En cerros como la Marañonas los pinos han colaborado a que exista en su interior una biodiversidad de flora y fauna perfectamente adaptada al entorno. Pero los ecologistas (que yo lo soy a mi manera) siempre tienen que poner la nota discordante. Un saludo.
Voy a poner una cita, sin ánimo de polemizar pero para aclarar conceptos, del libro «El Parque Regional del Sureste» de las ediciones del Senderista.
«En épocas recientes […] la zona propició la plantación de pinares […] En su etapa más madura y debido a la densidad de ejemplares en muchos casos, acaban empobreciendo los suelos, acidificándolos e impidiendo el crecimiento de las comunidades autóctonas.»
A ello hay que sumar, lo que un servidor y compaña hemos comprobado: las plantaciones, en demasiados casos, han destruido el legado histórico de la Guerra Civil.
Estoy con Vicente. Tendemos a pensar que solo hay riqueza natural en zonas con bosques desarrollados, menospreciando la riqueza que ofrecen los terrenos yesíferos del Parque Lineal. Como bien indica también, son especies como la coscoja y la encina las que correspondería introducir en estos lugares, si bien, los pinos no son malos del todos, pues han conseguido fijar el terreno evitando su erosión. Ahora sería buen momento para ir aclarando las zonas de pinar existente, y entre su protectora sombra, plantar estas otras especies acordes con lugar.