Resumen: Recorrido por algunos de los hitos históricos del Jarama cuyos restos materiales han perdurado hasta hoy en día –en tanto que otros muchos han desaparecido-, y son parte fundamental para el estudio y comprensión de esta batalla a partir de las memorias y escritos que la rememoran.
En pro de su defensa y conservación en un PARQUE ARQUEOLÓGICO.
INTRODUCCIÓN
Son numerosas las obras de caminería y comunicación terrestre acometidas durante la guerra civil a fin de asegurar la asistencia de tropas y pertrechos a los frentes.
Obras que quedaron consolidadas en muchas ocasiones para uso civil, pasada la contienda; consistentes fundamentalmente en pistas y carreteras con sus elementos funcionales anexos, tales como puentes, pontones, alcantarillas, tajeas, etc.
Acondicionamientos del terreno y obras ex-novo de consolidación y refuerzo de las líneas defensivas tras el final de la batalla, a partir del 27 de febrero, las encontramos repartidas por todo el territorio entre los términos afectados por la lucha, como Pinto, Valdemoro, Getafe, Titulcia, Aranjuez, Ciempozuelos, Morata, Arganda, San Martín y otros más de su entorno.
En las riberas del Jarama encontramos por ejemplo las Pistas del Pingarrón y de La Boyeriza paralelas al curso fluvial, grandes pistas terreras de varios kilómetros de longitud que aún se mantienen en vigencia.
Otras veces han perdido su uso por encontrarse en zonas donde ya no respondían a aquellas necesidades tácticas y la existencia de vías alternativas ha ido decretando su obsolescencia y casi desaparición.
Este podría ser el caso de la pista que tratamos.
DESCRIPCIÓN
A espaldas de la fábrica de cemento de El Alto, entre los términos de Arganda y Morata de Tajuña, encontramos una de esas obras cuya traza sigue una línea paralela a la de las trincheras republicanas que se confrontaban con el Centro de Resistencia nacionalista denominado Casa de la Radio, modelo de organización defensiva desplegado en este sector, formando una malla reticulada compuesta de pozos de tirador, nidos de ametralladora, refugios subterráneos, trincheras y zanjas de comunicación.
Esta pista excavada entre el Viaducto de Valdepeñas del tren del Tajuña y el Camino Viejo de Morata, con una longitud aproximada de 1.875 metros, conserva en la actualidad casi el 55% de su trazado siendo el resto bastante perceptible entre los olivares, cuya recuperación en la posguerra ocasionó la desaparición del restante 45% de la traza. Aproximadamente se cubrieron o colmataron de tierra 850 metros durante esta recuperación, pues la pista sesgaba de través las parcelas dado su origen de excavación ex profeso, al margen de linderos u otras sendas preexistentes.
Su anchura, de entre 5.00 y 8.00 metros en algunos puntos, además de su profundidad, de entre 2.00 y 4.00 metros, le convertía además en barrera de obstáculo o zanja anticarro aparte de su función principal como camino protegido para desplazamiento de tropa y avituallamiento.
El ámbito de su recorrido se distribuye entre las partidas de Valdeza, El Milano y El Chirrión, ubicándose el Vértice Milano (716m) muy próximo al P.K. 1+200. Este hito de la Raya medieval sigue definiendo hasta la actualidad la linde entre los dos municipios vecinos, Arganda del Rey y Morata de Tajuña, alzado sobre los restos de un chozo de piedra según detalla un mapa del último tercio del siglo XIX.
Partiendo del viaducto ferroviario de Valdepeñas, donde aún se asientan muy próximos los restos del Puesto de Mando de la XIV Brigada Internacional durante los días de la batalla y la llamada Avenida Putz (el tramo de trinchera ferroviaria), enlazaba este sector del frente con el Camino de la Casa de Nevares facilitando la comunicación con la población de Morata. Contando además con varios ramales de enlace hacia primera línea y retaguardia de ese sector.
Aún cuando la paulatina recuperación de las parcelas olivareras tras el conflicto ha conllevado el enrasado y colmatación de algunos tramos, sigue siendo bien visible gran parte de esta obra de caminería militar en cuya construcción intervinieron varias brigadas de trabajadores del Batallón de obras y fortificación que operó en este área, dada su longitud muy cercana a los 2 kilómetros.
En las ortofotos de los vuelos de 1946 y 1956 puede observarse su trazado original. En los mapas anteriores a la guerra civil esta pista era inexistente y el trazado más significativo que serpeaba por Valdeza y El Chirrión era un tramo de la Senda o Cañada Galiana aún en vigencia. En la Hoja 583 del mapa nacional a Escala 1:50.000 del Instituto Geográfico Catastral, publicada en 1975, aparece todavía representada la Pista en toda su extensión, al igual que en otros mapas topográficos anteriores, de los años 60.
A veces estas pistas se cubrían con techado y camuflaje vegetal para evitar su detección por la aviación enemiga. Su anchura permitía la circulación de pequeños vehículos así como el cruce de camilleros durante la evacuación de heridos.
La Casa de Nevares a que alude el camino de conexión fue un importante referente durante la batalla, al igual que la Casa de las Avispas. Hoy en día ha desaparecido y su solar yace en medio de la enorme excavación de una cantera de varias hectáreas de extensión. Se trataba de un complejo agropecuario aparentemente ruinoso con casa central de labor y dependencias anexas o corralones de forma cuadrangular cual podemos ver en las diversas fotos aéreas disponibles, de la época. Durante la batalla la circunvalaron con varias trincheras actuando como nudo de comunicaciones por su proximidad a la primera línea republicana y a mitad de camino del pueblo de Morata y del Apartadero y Canteras de Cornicabra. En un mapa de 1870 figura como Casa de Don Carlos de apellido ilegible.
La partida de El Chirrión es otro de los parajes históricos donde, además de conservar un campamento y edificación de Puesto de mando y Plana Mayor republicanos, acamparon los soldados franceses de Napoleón Bonaparte en 1808, casi siglo y medio antes.
Ya figuraban el Cerro del Chirrión y el Carril de Valdeza en el deslinde de Morata con Arganda, impulsado por la Corona y llevado a cabo el 28 de marzo de 1575, entre otros topónimos conservados hasta la actualidad como Valdebecerra, Valdepeñas, Valhondo, Valdepozuelo, La Atalayuela, etc.
El nombre de la partida de El Chirrión alude a la existencia en el lugar del carro de este tipo con que su propietario trajinaba. Según la RAE se trataba de un carro fuerte con un solo eje, que giraba a la vez junto con las dos ruedas a él ajustadas produciendo un chirrido característico durante los desplazamientos con la carga.
Aparece citado en varios documentos del Archivo de Arganda que describen la ocupación del I Cuerpo de Ejército francés, del 6 al 7 de diciembre de 1808, bajo el mando del Mariscal Víctor (Claude-Víctor Perrin), saqueando e implantando el terror durante veinte horas en la población, agrediendo al alcalde y robando las arcas, destruyendo archivos y vaciando bodegas. Sus campamentos se establecieron en el Camino Viejo de Morata, Valhondo y El Chirrión donde también hemos encontrado campamentos de la guerra civil. Este contingente lo formaban 33 batallones de Infantería repartidos en 6 Brigadas y 11 Regimientos, con el apoyo de efectivos de Caballería y Artillería (20piezas).
Una segunda ocupación tendrá lugar entre agosto-septiembre de 1809. Esta vez se distribuyeron por La Dehesa del Carrascal y zona de la torre de El Campillo saqueando de paso la Casa del Colmenar del Rey. Arganda, una vez más, ocupaba un lugar estratégico entre Madrid y Levante, jugando un papel similar al de la guerra civil.
CONSEJOS PARA LA VISITA
Una primera propuesta para visitar estos restos históricos sería partiendo del viaducto ferroviario de Valdepeñas, junto al que podemos aparcar el vehículo de apoyo. Se accede a este punto tomando la carretera de Valdecorzas que se sitúa al lado derecho de la carretera M-311, según descendemos la cuesta desde la cementera.
Este viaducto del ferrocarril del Tajuña fue construido en 1900 (ca.) con la ampliación del trayecto de Arganda a Morata. Una viga de celosía apoyada en pilares y estribos de piedra que antaño soportaba el armamento de vía, carriles y traviesas, hoy sirve de paso a viandantes y ciclistas que recorren la Vía Verde.
Tomando bajo el puente la Colada del Camino Viejo de Chinchón, de frente, en dirección Este, llegaríamos a Valhondo y el famoso «Kilómetro 16» del desembarque de la XIV Brigada Internacional, en la carretera M-313. Pero para el recorrido que proponemos hemos de salir por la derecha, tomando la pista de 4.20 metros de anchura inmediata al pie del terraplén de la vía, punto final de la Pista del Milano (P.K. 1+875), y atravesar un llano de terreno llamado Hoya Arroba hasta alcanzar el ribazo que se divisa al fondo, donde veremos una gran zanja de 4.00 x 4.00 metros de sección que se excavó al término de la batalla. La abundante vegetación que la cubre camufla la excavación y habremos de ascender a alguno de los costados para contemplarla. Desde el inicio hasta aquí habremos recorrido ya unos 350 metros de esta obra, y el tramo que vemos tiene 90 metros sólo interrumpidos por un breve corte para dar paso a un olivar seguido de otro tramo bien conservado de 50 metros. A partir de aquí, que coincide con el P.K. 1+400 de la Pista, continúan 240 metros de terreno enrasado por los propietarios del olivar, y es en el P.K. 1+200 aprox. donde nuevamente encontraremos la zanja coincidiendo en los mapas con el lindero del término de Arganda con Morata, bajo la proyección vertical de una línea eléctrica aérea de Alta Tensión (LEAT400KV).
Desde este punto podemos acercarnos al Vértice Milano (716m), que se encuentra a 200 metros a nuestra izquierda, señalizado con un hito de piedra alzado sobre los restos del chozo del Milano derruido con cuyas piedras se ha construido el prisma del pedestal. Esta construcción junto con el chozo del Chirrión y el chozo de Valdeza, también cercanos, cumplieron su cometido en el pasado, cobijando a los guardas de los olivos y a algún pastor o transeúnte sorprendidos por la noche o la tormenta. Quedan trazas de trinchera en este entorno.
Volviendo a la Pista, vamos a encontrar a un centenar de metros, en torno al P.K. 1+100, una bifurcación cuyo ramal derecho conduce en poco más de 200 metros hasta la plataforma del ferrocarril (Vía Verde actual) con refugios y excavaciones a ambos lados para cobijo de las tropas. Visitado ese tramo y retrocediendo hasta la bifurcación, seguiremos por el ramal izquierdo recorriendo los últimos 500 metros existentes de pista excavada, enmarañada de vegetación y colmataciones de tierra, pero que dejan bien patente y a la vista la estructura de esta obra militar. Los siguientes 500 metros hasta la cabecera (P.K. 0+000) han desaparecido debido a la construcción de la Vía Verde y a la ampliación de la cementera. El entronque con el Camino Viejo de Madrid y Camino de Casa de Nevares se producía en un lugar hoy inexistente, que queda tras las alambradas de la cementera. Las coordenadas geográficas son 40.24418, -3.46975 DATUM WGS84.
En el P.K. 0+500, donde acaba la excavación nos cruzaremos con la Vía Verde que por aquí sigue una traza desviada de la original para esquivar la fábrica de cemento. Este trazado es distinto del ferroviario que penetraba en el recinto alambrado donde estuvo situado el Apeadero-Apartadero y las Viviendas de Empleados que fueron Puesto de Mando de la XI BI, según relato de Ludwig Renn.
Desde aquí podremos hacer el camino de regreso siguiendo la Vía Verde hasta el Viaducto de Valdepeñas, donde dejamos el vehículo de apoyo. Es un recorrido por una pista cómoda y consolidada a menos de media legua de distancia hasta nuestro punto de partida.
Pero hay una segunda opción desde este punto, para quienes deseen ver algunos restos de los formidables nidos de ametralladora que formaron una línea de sostenes o puntos de apoyo o detención ante la eventualidad de una ruptura del frente. En realidad sólo son sus restos, ya que fueron demolidos uno a uno tras la contienda por los lugareños, a fin de extraer las varillas de acero que armaban el hormigón para su venta como chatarra. Un modelo marginal de economía de supervivencia que tuvo vigencia durante la posguerra, en los años del hambre, que tenía como objetivo la rebusca de metal en los campos de batalla para su reventa, ocasionando no pocas muertes y amputaciones por manipulación de explosivos y artefactos hallados al azar.
Debemos disponer de un GPS o instrumento similar de geolocalización, pues un ingente número de olivos centenarios formando hileras sin fin camufla estos restos, que a veces sólo son un montón de terrones triturados de hormigón que costará distinguir entre el paisaje.
Las coordenadas (Datum WGS84) que nos van a ayudar en este recorrido son las siguientes y por este mismo orden:
40.24474, -3.46840 = Nido de ametralladora/ 40.24828, -3.46778 = Chozo de Valdeza (Casilla de Lino)/ 40.25011, -3.46942 = Nido de ametralladora/ 40.25059, -3.46885 = Nido de ametralladora/ 40.25291, -3.46820 = Nido de ametralladora/ 40.25312, -3.46975 = Majada de Valdeza/ 40.25380, -3.46927 = Nido de ametralladora/ 40.25558, -3.46802 = Vértice Milano/ 40.25807, -3.46467 = Chozo destruido/ 40.25964, -3.46515 = Campamento y Puesto de Mando de El Chirrión/ 40.26144, -3.46865 = Viaducto de Valdepeñas/ 40.25962, -3.46913 = Puesto de Mando XIV BI y Avenida Putz (Campamento trinchera ferrocarril).
En todo ese entorno encontraremos ramales de trinchera y restos de obras de campaña, chabolas y refugios de varios campamentos, destacando el de la Senda Galiana a su paso por El Chirrión, que en nuestro artículo de fecha 23.sept.2019 sobre campamentos llamábamos Campamento del Milano. En la loma de enfrente, cruzando la cañada existe una línea de trincheras con interesantes restos bien conservados.
Volviendo por la Colada del Camino Viejo de Chinchón, el Viaducto será el colofón de esta entretenida caminata pudiéndose alargar hasta el conjunto de excavaciones de la trinchera ferroviaria que llamaron Avenida Putz y Puesto de Mando.
Una segunda propuesta para visitar la Pista del Milano podría realizarse desde la cementera de El Alto, dejando el vehículo de apoyo junto a la gasolinera. Cruzando la carretera, hay que tomar el camino a la izquierda que pasando entre el helipuerto y la cementera va bordeando la factoría por fuera del cerramiento de mallazo. Entre la pista de aterrizaje y la nave anexa se encuentra el solar de la desaparecida Casa de la Radio, o Estación receptora de Morata, que recibía la señal de la Estación transmisora de Prado del Rey. Fue inaugurada en torno a 1925 y destruida el 17 de febrero de 1937 en plena contraofensiva republicana por fuego de artillería. Siguiendo el camino llegaremos al lugar de entrada del Ferrocarril del Tajuña al Apartadero de la fábrica, donde han conservado dos trozos de carril y cuatro traviesas con una señal de «Silbar». La actual Vía Verde sigue una curva de rodeo evitando este enorme complejo industrial, para retomar la explanación original algo más allá, pasada la cementera, en dirección a Cornicabra, que era la estación inmediata previa a Morata.
Llegados al esquinazo del cerramiento donde sigue en dirección Sur, yendo de frente vamos a topar con la Vía Verde. Desde ahí, avanzando 320 metros también hacia el Sur, encontraremos el punto de corte con la traza de la Pista del Milano. Desde este punto que coincide con el P.K. 0+500 se inician los restos actuales de la excavación de la pista, que sigue hacia el Norte con las pautas ya explicadas en la primera propuesta, hasta el Viaducto de Valdepeñas.
El camino de vuelta puede realizarse por la Vía Verde, que resultará algo más cómodo. La vegetación existente en la actualidad puede significar el mayor inconveniente de la ruta, pues no permite descender a la pista en muchos casos y nos obligará a hacer el recorrido avanzando por los bordes para evitar la maraña silvestre de espigas y arbustos que se prenden a la ropa. Por supuesto que con tiempo de lluvias no son nada aconsejables estos recorridos por lo arcilloso y resbaladizo del terreno. Pero, en resumen, se trata de un trayecto casi llano, sin pendientes, fácil de realizar tranquilamente en media mañana.