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Los colectores del Manzanares provocan inundaciones con las lluvias

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La Avenida de los Rosales, paralela al Parque Lineal, completamente inundada en varios puntos la madrugada del 8 de octubre

Las espectaculares imágenes que se repiten año tras año en la Avenida de los Rosales, parecían olvidadas hasta que la madrugada del 8 de octubre todo volvió a cubrirse de aguas fecales. Ayer día 20, tras las primeras lluvias de este otoño, el espectáculo se repetía como un castigo colectivo.

Las recurrentes inundaciones de la Avenida son producto de su diseño anticuado e inadaptado a su actual uso urbano, así como al mal estado de sus colectores. Estos, tras el soterramiento de la M-30 -dentro del proyecto Madrid-Río- y el rediseño de sus sistemas de aguas residuales y plubiales, han quedado a una cota inferior a aquellos, lo que hace que rebosen con las aguas negras arrastradas por las tormentas.

Tras las obras del proyecto Madrid-Río, se redimensionó completamente el colector de la Margen derecha del Manzanares, que atraviesa buena parte del Tramo 1 y 2 del Parque Lineal, quedando pendiente la necesaria reforma de los colectores medianos que con él conectan.

La Avenida de los Rosales es una calle de Madrid dentro del casco urbano de la ciudad, donde viven miles de personas de dos distritos de la capital. En VillaVerde es la frontera con el Parque Lineal del Manzanares y la vía de comunicación lógica de la ciudad con este espacio natural.

Hace poco más de un año todos pudimos ver como se levantaba literalmente el Tramo 1 y el Tramo 2 del Parque Lineal del Manzanares para construir el nuevo colector de la margen derecha del río (a la izquierda imagen de ese ‘gran’ colector junto a la Avenida Rosales). Un nuevo colector mucho más amplio y con capacidad para un volumen de aguas infinitamente mayor. Los nuevos estanques de tormentas del Parque: el estanque de tormentas de La China, el de La Gavia y el de Butarque, harían el resto, absorviendo los incrementos plubiométricos puntuales y evitando que los colectores rebosaran con sus contaminadas aguas al río Manzanares, impidiendo así una segura contaminación del Parque Lineal

Ni la noche del 8 de octubre ni la del 20 este sistema sirvió aparentemente para nada, cuando los colectores de la Avenida, que aún espera una escandalosa reforma desde el año 1.988, a menor altura que los novísimos del Parque Lineal, estallaron disparando las tapas del alcantarillado en varios puntos, inundando el barrio de Rosales de aguas negras, dentro de un hedor insoportable que duro casi toda la noche.

La zona urbana más cercana al Parque Lineal del Manzanares, no fue la única en sufrir la ineficacia de los sistemas de saneamiento. Al norte del Tramo 1, en pleno proyecto Madrid-Río, la Avenida del Manzanares, el Paseo de la Ermita del Santo y la calle San Rufo se inundaron igual que lo hacía la Avenida de los Rosales, al borde del Tramo 2 del Parque Lineal. «Me asomé por la ventana y los coches flotaban en el aparcamiento«, decía un vecino.

Es precisamente en la zona del proyecto Madrid-Río donde la paciencia de los pequeños comerciantes parece haber tocado fondo. Las críticas arrecian contra el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, al que acusan de haber arruinado sus negocios tras repetidas inundaciones de aguas fecales y las posteriores tardanzas en recibir las indemnizaciones. «Vienen con zapatitos guapos y claro, no quieren mancharse […] Tendría que haber visto como estaba todo […] hablando mal, es mierda pura.«, contaban a los medios.

Lo sucedido en las últimas noches en la Avenida de los Rosales es un claro aviso de la incapacidad municipal para solventar, no sólo el mínimo mantenimiento sanitario del Parque Lineal y su río Manzanares, sino, lo que es peor, el de los núcleos habitados que lo circundan.

Visto el inaceptable retraso en la prioritaria reforma de la Avenida de los Rosales, lejos, muy lejos nos parece ahora el Plan Especial de Infraestructuras Manzanares Sur (PEIMANSUR). Si ni siquiera es posible garantizar la seguridad y las condiciones sanitarias de la población, parece muy complejo afrontar un ambicioso y necesario Plan de 343 millones de euros.

No descubrimos nada nuevo si decimos que el Ayuntamiento de Madrid, el más endeudado de España, está pasando una de las situaciones financieras más complicadas de su historia reciente. Los ambiciosos proyectos en torno a la M-30 y al proyecto Madrid-Río, han dejado las arcas municiaples con graves carencias de efectivo y los colectores inacabados de la Avenida de los Rosales a una cota significativamente inferior a la de sus hermanos del Parque Lineal -que vienen directamente de Madrid-Río- condenados así a rebosar a cada gota de agua.

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