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Un nombre, un camino: Camino de Valde Çepos

Hace cosa de un mes, en excursión privada de socios y colaboradores del GIPL, nos adentramos en las estribaciones cercanas a La Marañosa. Cerros de sílex y caliza de la margen derecha del Manzanares en su tramo final.

Desde el techo del Parque Lineal observamos en su extensión La Aldehuela, el soto del río y los cerros del otro lado, de yeso, mucho más blandos y por lo tanto de menor altura, víctimas del desagüe cuaternario que originara el vasto valle del río y las Terrazas del Manzanares.

En aquellas tierras, tras la U que forma el espolón de Vaciamadrid, antiguo Campo de Madrid medieval o Salmedina árabe, fuimos testigos de que el tiempo no ha pasado tan deprisa como en otras partes. Montes de encina y coscoja, familiares lejanos del Carrascal de Vallecas, delimitan valles y caminos llenos de historia.

Hoy les dejamos con un pequeño artículo de nuestro socio y colaborador Ángel Matías, que nos describe e introduce en la traza histórica de un camino de origen medieval, aparentemente insignificante, que recorrimos animosamente en aquella fantástica mañana.

marañosa

La pervivencia del topónimo de un pequeño camino incrustado entre las peñas del Monte del Fraile, que ya aparecía nombrado en el Privilegio Real de Fernando III (1239), nos causaba de algún modo una cierta sorpresa e intriga por la importancia que pudo tener en otro tiempo. Algo que ahora nos puede parecer insignificante y que aparece interrumpido con un considerable caballón de tierra a su entrada en el campo militar de La Marañosa, tuvo gran importancia en otro momento, hasta el hecho de ser tomado como referente en un amojonamiento de la Corona.

Nos estamos refiriendo al Camino de Valde çepos.

La cita exacta es la siguiente:

36º Mojón: Somo de peniscaleio a sinistro, que está cerca de la carrera que viene de la Torre de Auen Crespín, y va a Sant Esteuan e Valde çepos.

Comprobamos que la visión de campo del redactor está enfocada desde La Aldehuela, con La Torrecilla y el río Manzanares a la espalda, con la mirada puesta hacia Mediodía, y contemplando algo desviado a la izquierda, el Peñiscalejo, donde se ha enclavado el Mojón Nº 36. Atrás hemos dejado la Torre de Aben Crespín y su villa romana. Y a partir de la Casa de la Aldehuela vemos que el camino se abre en horquilla, bifurcándose para cruzar el cordal de cumbres por dos puntos, dejando en el centro el Vértice Marañosa (698m), -«peniscaleio»- y la cantera.

Tomamos primeramente uno de los caminos, el de la derecha, llamado en la actualidad Camino Viejo de San Martín, que saliendo de La Aldehuela continúa perpendicularmente hacia los cerros, observando que aún conserva en este tramo algunos elementos originales de su infraestructura, llegando hasta donde queda truncado, al borde de la cantera de sílex, por la alambrada del campo militar. Este camino, que atraviesa el poblado de La Marañosa tras salir del barranco donde hoy se interrumpe, conducía desde Mayrit a Sant Esteuan (Santisteban) y Sant Martín (San Martín de la Vega); ambas aldeas de Repoblación, en Tierra de Segovia.

San Esteban -despoblado desaparecido- estaba a la salida al valle de la carretera M-301 actual, entre los Gózquez actuales (de Arriba y de Abajo), encrucijada para ir a la Casa del Real Sitio de Gózquez (dcha.) y a la Casa de Abajo (izda.), en nomenclatura del siglo XVI.

El otro camino, Camino de Valde Çepos, que tomamos a continuación, nos lleva en dirección Este por la falda de los cerros, hasta un punto en que topamos nuevamente con el cerramiento del campo militar, que lo interrumpe.

El Camino seguía hasta La Boyeriza, a la salida de un barranco cuyo nombre nos interesaría precisar: ¿Se trata este barranquillo de Valde Çepos?, ¿Ó Valde Çepos fue el nombre de un paraje del valle del Jarama en torno a La Boyeriza?…

Un camino se nombra por su origen, por su destino, o simplemente, por alguna característica particular o lugar de paso. Aquí está el dilema.

Sin el menor cuidado, cartógrafos y topógrafos han ido transformando esta toponimia en los mapas y planos a lo largo de la Historia, y en algunos casos aparecen rótulos como Valdecopos y Valdecopas.

Hay que hablar también de la existencia de un tercer camino relacionado con los anteriores, que los sesga o suplanta parcialmente. También lo tenemos recorrido en bastantes de sus tramos. Se trata del Camino Viejo de Chinchón.

En tanto que los primeros son caminería de la primera época de la Repoblación, tiempos del Fuero Viejo madrileño (siglos XII-XIII), apoyados, en otros preexistentes, romanos, godos, musulmanes; el camino de Chinchón pertenece a un momento más tardío, cuando este señorío adquiere poder y nombre propio, casi en el siglo XVI. Caminería que perdurará en tanto que se van gestando nuevas trazas viarias por adaptación a las necesidades que va marcando la evolución de las condiciones socioeconómicas de la zona hasta llegar a la construcción de la M-301 y redes  de comunicación actuales.

Este Camino Viejo de Chinchón, también truncado por las cancelas del campo militar, utiliza en parte el Camino de Valde Çepos, en el barranco de salida a La Boyeriza; y comparte un breve tramo en el corazón del poblado de La Marañosa, con el Camino de Sant Esteuan/Sant Martín.

Cabe resaltar de todo lo expuesto, la importante huella dejada en este territorio por el trasiego humano y cómo los significantes han sobrevivido al propio objeto designado, aún siendo desplazados de sitio, como hemos visto.

En los planos topográficos recientes, Escala 1:10.000 de la CAM, el Camino de Valde Çepos aparece desvirtuado y reconducido a un paraje más hacia el Este, sin solución de continuidad. (Observando este mapa comenzamos a hacer nuestras pesquisas sobre el tema).

Por último, queda debatir un poco sobre el término «Valde Çepos».

Cippus, de origen latino, significa tronco.

Cepa, era cebolla.

Cepo, en castellano, es un gajo o rama de árbol. Pero también un artificio de caza, además de un instrumento utilizado con penados y convictos.

La caza fue actividad económica de primer orden en el período que comentamos.

Ambas acepciones, valle de ramajes o valle idóneo para instalar artificios de caza, pudieran ser aceptables para su interpretación más lógica. Pero también, en un sentido más amplio o figurado, podría ser valle con agujeros o requiebros donde era fácil tropezar y caer; de mala andadura. O lugar de enterramientos musulmanes, que eran señalados con cipos funerarios, pequeños mojoncitos de piedra con epígrafes, a la salida de las poblaciones.

Cabe ahora, explorar el angosto desfiladero, entrando por la Pista de Guerra de La Boyeriza. Eso, contando que Valdeçepos no fuera el Valle del Jarama, de lo que cabe también tal posibilidad.

De la interpretación del documento citado al comienzo, se abren muchos más interrogantes que iremos viendo y abren puertas a nuevas interpretaciones del paisaje del Parque Lineal del Manzanares.

Post Data: Pasado un tiempo, recorriendo una mañana, en primavera, el barranco de La Boyeriza, observamos la existencia de un regato de aguas claras que desde La Marañosa, discurre junto al camino pendiente abajo, abriéndose camino hacia el Jarama.

Sapitos diminutos culebreaban por cientos entre estas aguas, vivarachos y felices, llamando nuestra atención la ingente cantidad de anfibios concentrados en el barrizal.

Por fin vimos aclarado este misterio: Valde Çepos significaba simplemente eso: Lugar o Val de Sapos; Çepos en el grafismo medieval.

 

 

2 comentarios en «Un nombre, un camino: Camino de Valde Çepos»

  1. Qué gusto da leer una parte de la historia tan bien escrita. Donde hay interés por indagar y llegar a lo más hondo de los rastros perdidos, descubrimos, el camino que conduce a la verdad: a la sabiduría.
    Gracias Ángel por compartir tus delicias; y deseoso de que llegue la próxima salida.

    Un fuerte abrazo

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