Durante el Medievo se configuró el espacio que hoy ocupa el Parque Lineal del Manzanares. Primero con el campo de Madrid árabe y luego con el campo de Madrid cristiano. Ese gran espacio primigeniamente llamado Salmedina y que luego, con el proceso de conquista cristiano, se iría subdividiendo tras importantes cambios en los sistemas sociales y de propiedad en la Comunidad de Villa y Tierra de Madrid.
Como su raíz etimológica nos indica en muchos de los casos, el origen de los primeros asentamientos humanos de la Edad Media fue árabe. Centrados en los lugares económicamente rentables del campo de la ciudad, del prehistórico Parque Lineal del Manzanares, cerca de la seguridad de sus atalayas, nacieron poblaciones que darían lugar a las que hoy existen.
Rabudo y su barriada Rabudillo, La Algarrada, Casa Blanca, Casas Viejas, La Sopeña, Santiago el Verde, Zurita, La Torrecilla, la Torre de Abén Crispín, Congosto, El Moral de la Almunia, Nobiles, Calabazas, las Cuevas de la Olmeda y un largo etcétera de pequeños pueblos, se diseminaron por la cuenca baja del Manzanares, dando personalidad al espacio único que fue el campo de Madrid, descrito parcialmente por el Fuero antiguo de Madrid.
La necesidad de repoblar el territorio recién conquistado al musulmán, y la precariedad e inseguridad de esta labor, hizo que muchas veces las tierras fueran donadas a órdenes religiosas, que durante el Medievo estuvieron paramilitarizadas.
La orden de los Caballeros de Santiago tiene un peso específico en la zona del Parque Lineal del Manzanares. Santiago el Verde es quizá su topónimo paradigmático, pero no fue el único lugar tomado por las órdenes religiosas. La Aldehuela o Perales fueron otros ejemplos, en el primer caso con evidentes signos que han llegado cargados de historia hasta nuestros días.