La meseta entre los ríos Manzanares y Jarama, en donde fueron descubiertos los talleres de sílex paleolítico de «Charco Hondo» en Vicálvaro y «El Quemadero» de Rivas, no parará de ofrecernos valiosos yacimientos. Hablamos de ellos en el capítulo correspondiente.
Será en este interfluvio donde aparecerán los restos de una gran mina de sílex neolítica. El lugar, «Casa Montero«, situado entre Vicálvaro, Rivas y Coslada, supone que el trazado de la obra por la cual se descubre, otra vez el de la M50, sea replanteado, permitiendo la conservación de la práctica totalidad del yacimiento con vistas a construir un centro visitable. Desgraciadamente eso no ha sido posible hasta la fecha, sin ir más allá de una página web que ilustra el yacimiento, por otro lado de manera excelente: www.casamontero.org.
Casa Montero fue una mina de sílex con una antigüedad aproximada de 7.000 años y nos ha mostrado la forma en que este material era extraído en el neolítico. Se descubrieron unos 3.200 pozos que se excavaron verticalmente buscando atravesar las vetas de sílex. Su profundidad varió del medio metro a más de siete, incluso hallándose en ellos los huecos en las paredes que ayudaban al ascenso y descenso del trabajador.
La formación de estas vetas o estratos de sílex bajo el subsuelo se produjo hace unos 23 m.a, durante el Mioceno (Terciario), cuando se acumularon sedimentos en la cuenca endorreica madrileña durante miles de años. El desagüe posterior y la meteorización de los agentes atmosféricos esculpieron el paisaje que hoy podemos ver en las cuencas bajas de Manzanares y Jarama. Lo tratamos extensamente en nuestro capítulo sobre la historia geológica madrileña.
Como ya vimos en el capítulo sobre herramientas e industrias líticas de nuestra prehistoria, la técnica seguida para la construcción de estas herramientas de piedra fue perfeccionándose con el paso del tiempo. El sapiens desarrollará ahora el Modo Técnico 4, con fuerte presencia de técnicas laminares y trabajo con otros materiales, como la madera o el hueso, así como a la elaboración de herramientas muy pequeñas, llamadas microlitos, que eran piezas intercambiables de un soporte mayor, hecho de madera, sobre el que se enmangaban.
El modo 4 se desarrollará durante el Paleolítico Superior y será durante el Neolítico cuando se introduzcan las técnicas delmodo 5, el de la piedra pulida, con sus conocidas hachas. Todas estas técnicas irán desapareciendo progresivamente al mismo tiempo que el hombre descubría los metales, pero el recurso lítico, siempre abundante y relativamente sencillo, permanecerá junto a nosotros durante miles de años más.
La explotación del recurso lítico de Casa Montero fue especialmente significativa y nos da muchas pistas sobre el neolítico madrileño. De los pozos se extrajeron bloques de sílex en bruto, con una corteza blanca, irregular e inservible para la talla, llamada córtex. Para evitar el trasiego innecesario, los bloques se descortezaron allí mismo, con piedras de cuarcita traídas expresamente desde el Jarama. Una vez el núcleo estaba libre de córtex, se le daba forma para el posterior proceso productivo, dependiendo del tipo de elemento buscado y, una vez alcanzada la morfología ideal, empezaba la producción en serie.
En Casa Montero se produjeron de esta forma láminas de sílex, similares en tamaño y forma y que una vez transportadas al poblado, serían adaptadas en otros útiles como cuchillos y dientes de hoz, terminando allí un proceso que, como vemos, denotaba una destacable organización de los medios. Surgía el hombre productor, el hombre tal y como hoy lo conocemos, el hombre neolítico de hace 7.000 años.
Yacimientos neolíticos de Valdocarros y de la escuela de Protección Civil
Pese a la aparente crisis poblacional del Neolítico, los valles de Jarama y Manzanares continuaron siendo epicentro de los asentamientos humanos en la región madrileña. La lista de yacimientos de este privilegiado lugar de la Comunidad de Madrid es verdaderamente extensa e innumerable en este capítulo.
Así, en el 2014, durante las obras de ampliación de la escuela de Protección Civil de Rivas-Vaciamadrid, se descubren los restos de varios fondos de cabaña neolíticos para el almacenaje, como los ya comentados en el yacimiento de **La Deseada, también en Rivas. Dos de ellos serían reutilizados como fosas de enterramiento, hallándose el esqueleto casi completo de un adulto y el cráneo de un niño. O el conocido paraje de Valdocarros, en la ribera del Jarama junto a los cerros del Piul, de larguísima ocupación humana.