[sgpx download=»true» zoomonscrollwheel=»true» gpx=»/wp-content/uploads/gpx/ruta-soto-de-las-juntas.gpx» mlinecolor=»#00FF00″ chartFrom1=»100″ startIcon=»/wp-content/uploads/gpx/flag_red.png» endIcon=»/wp-content/uploads/gpx/flag_blue.png» currentIcon=»/wp-content/uploads/gpx/map_point.png» waypoints=»true» waypointicon=»/wp-content/uploads/gpx/waypoint.png»]
El Soto de las Juntas es un pequeño espacio natural de gran importancia situado en la confluencia de los ríos Manzanares y Jarama.
Integrado en el Tramo 3 del Parque Lineal del Manzanares, podría decirse que es uno de los lugares más representativos de Parque Lineal, aunque el Soto de las Juntas también esté encuadrado administrativamente en el Parque Regional del Sureste, dependiendo por ello de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid.
La ruta que aquí presentamos es un recorrido muy suave, de menos de 7 kilómetros de longitud, senderista o cicloturista, que transcurre por la estrecha franja de tierra delimitada por ambos ríos. Se puede llegar en metro, en la estación de Rivas Vaciamadrid, o en vehículo privado, en la salida 19 de la A3, junto a la que existe un aparcamiento.
Importancia geológica
Cantiles de roca y yeso como balcones de amplias lagunas
Junto a la margen derecha del río Manzanares se levantan imponentes cantiles de roca de yeso, en muchos casos desgajada por la actuación de los cambios de temperatura y la erosión de miles de años, formando enormes farallones de roca en increíble equilibrio inestable, que tras sucesivos derrumbes forman un panorama en inagotable renovación.
Estos cerros resistieron el desagüe de la cuenca endorreica que en su día fue la del Manzanares, un inmenso mar interior poco profundo que se drenó paulatinamente hace cinco millones de años, dejando en el proceso las conocidas Terrazas del Manzanares. Las más bajas podemos contemplarlas en este espacio, en un suelo plagado de cantos rodados y arenas que un día fueron lecho de un Manzanares y Jarama mucho más caudalosos.
En la actualidad, además, el curso de ambos ríos ha variado producto de las fuertes avenidas del siglo pasado. El lugar de confluencia de los dos cauces, hasta no hace mucho tiempo se producía unos metros más arriba, siendo los cursos diferentes a los de hace tan solo unos años.
Este destino geológico, que regala buena parte de la belleza al magnífico paisaje, también fue su peor castigo. En la segunda mitad del siglo XX las explotaciones de áridos destruyeron la confluencia de los ríos para llevarse la arena acumulada en sus terrazas, arruinando el ejemplar soto fluvial que hasta entonces dominaba el paisaje.
Importancia medioambiental
Soto fluvial y lugar de anidamiento de aves
Posteriormente la cantera de extracción de áridos se abandonó. Las excavaciones profundizaron más allá del nivel freático, por lo que las aguas manaron en el interior de esta isla hasta igualar el nivel de ambos ríos, formando la laguna que hoy podemos ver y que cobija numerosas especies de aves. La acción del hombre destruyó primero el paisaje para que luego, tras la marcha del ser humano, este se recuperara lentamente.
En el presente se están haciendo repoblaciones del bosque de galería o soto fluvial que un día hiciera de este paisaje un lugar único. De hecho podemos comprobar que en algunas zonas, este primer bosque fluvial se ha regenerado parcialmente, o incluso ha resistido, encontrando algunas especies de taray chopos y fresnos de aguante numantino.
Multitud de especies de aves han encontrado hogar en la laguna, en los propios ríos o en los cantiles. Fochas, somormujos, cigüeñas, milanos negros, abejarucos, abubillas o grajillas son algunos pocos ejemplos de las aves que podemos encontrar en este espacio, si vamos con el debido sigilo o nos apostamos en alguno de los observatorios creados al efecto.
Importancia histórica
De palacio de Felipe II a escenario bélico
Llamada “posición isla” por el ejército nacionalista durante la Guerra Civil Española, la 18 división del ejército de Franco defendió la mitad de esta península entre los dos ríos durante la Batalla del Jarama. Frente a ellos los republicanos cerraban el paso hacia Vaciamadrid.
De las excavadoras que explotaron la extracción de áridos que destruyó este paraje, se salvaron 2 ó 3 nidos de ametralladoras que en una crecida del río Jarama quedaron bajo sus aguas parcialmente, modificándose a partir de ese mismo día el curso del río y dejando los fortines permanentemente anegados.
Los parapetos de hormigón, asentados sobre el terreno arenoso de una terraza, perdieron su estabilidad y giraron por la fuerza erosiva del agua, apuntando, en una mueca del destino, a las posiciones que defendieron en 1.937.
Durante el reinado de Felipe II, éste mandó construir un palacio en el bosque en el cual Manzanares y Jarama se juntaban, muy probablemente muy cerca del espolón de Vaciamadrid, como puede verse en el oleo de la época.
Desgraciadamente el palacio desapareció y no se conoce la ubicación exacta, salvo que estuvo en el Soto de las Juntas. Probablemente su material de construcción fue reutilizado o simplemente desapareció bajo el suelo arenoso de las terrazas de ambos ríos.
La ruta
Desde el Metro de Rivas o desde la salida 19A de la A-3
Tras dejar el aparcamiento, entraremos al recinto dejando al lado lo que aparece cartografiado en los mapas del IGN como “Casa de Peña Blanca” (MTN50 hoja 582), una construcción en ruinas con apariencia de antiguo fortín que no tiene nada de antiguo, puesto que dicen se construyó como escenario para una película.
Cogiendo el camino que flanquea el Jarama, llegaremos primero a un claro donde podremos ver los nidos de ametralladora parcialmente sumergidos bajo el agua. Habremos dejado atrás un par de vetustos ejemplares del denso bosque de galería que otro día hiciera el lugar digno de reyes.
Profundizando por la península, llegaremos al punto donde ambos ríos se juntan en una zona frondosa. De vuelta elegimos la orilla del Manzanares con la imponente vista de los cerros y cantiles del espolón de Vaciamadrid. Tanto aquí como por el camino por el que hemos venido, existen sendos puestos de observación de aves de los que podemos disfrutar junto a la laguna del Soto de las Juntas.